Periodismo comprometido y una de sus mejores figuras: Rodolfo Walsh

Por Martín Vydal

Buenos Aires, 25 mar (Prensa Latina) Símbolos de un periodismo ético y comprometido, las ideas del periodista argentino y fundador de Prensa Latina Rodolfo Walsh siguen vivas hoy, palpitan entre las nuevas generaciones que continúan su legado.


Aún en la memoria de muchos permanecen las imágenes de la triste noche del 25 de marzo de 1977, un año y un día después del golpe de Estado, cuando en la esquina de San Juan y Entre Ríos de esta capital cayó en manos de un grupo de militares que lo emboscaron, lo acribillaron y desaparecieron.


Aún también sigue siendo un misterio donde pueden estar sus restos, como los de tantos miles de detenidos-desaparecidos en esos oscuros siete años que duró una de las cruentas dictaduras de la región, en el marco de la Operación Cóndor que dirigía la Agencia Central de Inteligencia.


Según una reconstrucción, a raíz de testimonios de su hija, sobrevivientes y el Equipo Argentino de Antropología Forense de sus últimos días, algunos creen que su cuerpo se encuentra en un campo de deportes cercano a la otrora Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los mayores centros clandestinos por donde pasaron más de cinco mil víctimas.


Pero Walsh, el autor de la carta a la Junta Militar, el periodista arriesgado, luchador por las más nobles causas, permanece hasta hoy en la lista de desaparecidos junto a unos 30 mil compatriotas que perdieron la vida por solo pensar diferente.


De ascendencia irlandesa, el autor de Operación Masacre nació el 9 de enero de 1927 en la provincia de Río Negro y llegó a la capital argentina en 1941.


Dedicó toda su vida a la lucha e hizo periodismo hasta los últimos días en una época dura, cruel y sangrienta.


Tras el golpe militar de marzo de 1976, Walsh había pasado a la clandestinidad como Norberto Pedro Freyre, gracias a una cédula que le había facilitado un amigo policía, pero ya antes había falsificado su identidad por la de Francisco Freyre cuando investigó los fusilamientos de José León Suárez, relatados en Operación Masacre.


Hoy los argentinos no saben donde está su cuerpo pero sus represores sí, como el reciente capturado Gonzalo «Chispa» Sánchez, extraditado desde Brasil en mayo del pasado año.


Prófugo de la justicia durante varios años, el exmarino se encuentra detenido en la cárcel de Campo de Mayo luego de que el gobierno del presidente Alberto Fernández realizara varias gestiones que permitió su envío desde Río de Janeiro, donde fue capturado.


Sánchez, quien había escapado en 2005, está imputado por su participación en el grupo de tareas que secuestró y desapareció a Walsh y además por estar implicado en los siniestros vuelos de la muerte.


A 44 años de su asesinato, la pluma certera, precisa, comprometida de Rodolfo Walsh se replica en las voces de esas generaciones que en Argentina y también desde Prensa Latina, la agencia que contribuyó a fundar, y en otros países del continente continúan su ejemplo y legado.

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